Érase otra vez...
CAPERUCITA. Insatisfecha. Pechos grandes.
Hoteles y domicilios. Tfno. 906422924
Y un día de verano, al mediodía,
Caperucita se quedó en la casa,
echó un par de costillas en la brasa
y puso el brécol al bañomaría.
Comió, fregó, se dio una ducha fría,
se puso el camisón de fina gasa,
llamaron a la puerta y dijo pasa,
creí que no venías, vida mía.
Luego de rematar la sobremesa,
llevó a su cama al joven cazador
y, en bragas, le propuso ser su presa.
Después él le quitó el sujetador
pero ella le advirtió con voz francesa:
Son cinco de los grandes, por favor.
¿el teléfono es de verdad?
ResponderEliminarCon esa rima tan clara, y tratándose de Caperucita, ¿lo incluimos en una antología del tipo "Raúl Vacas para niños y niñas (grandes)"?
Pobre caperucita. Las miserias que los poetas adivináis en los cuentos de niños ponen los pelos de punta a cualquiera.
ResponderEliminarEspecialmente los martes por la tarde.
caperucita se llamaba Letizia???
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