Pasa al interior y ponte cómodo

25.7.07

REW



Fin del encierro. La manada descansa en los corrales. Poco después el público de la plaza, en pie, aplaude el paso de los toros, y se sienta para aguardar la llegada de los corredores y los toros al ruedo vacío.

Los mozos más rezagados corren delante de los toros en el callejón, donde un montón de corredores en el suelo se levantan y tropiezan para proseguir la carrera. Cerca de la curva de Telefónica hay una ambulancia. Una mujer acaricia el pelo de un joven ensangrentado que deja de gritar de dolor, separa los brazos de su cabeza, salta sobre el cuerno del toro, se pone en pie y vuelve la vista para ver al morlaco que se le acerca con peligro. Otro de los toros pisotea a un corredor que está en el suelo y lo empitona antes de caer y de correr torpemente por la calle Estafeta. Y un mozo siente el asta y acaricia el lomo de un jabonero que alcanza su paso antes de tropezar en la curva izquierda de Mercaderes y de golpearse después con la valla protectora a la que se encarama de un salto uno de los pastores.
La manada corre hasta la altura del Ayuntamiento. Cientos de mozos vuelven la cabeza para no perder de vista a los cabestros que preceden al grupo de vitorinos. Atrás queda el peligro de Santo Domingo donde la carrera se hace más rápida y apenas hay lugares seguros donde rehuir el miedo.
Los jóvenes se detienen. Algunos calientan los tobillos y se santiguan. Otros miran expectantes como los toros inician la carrera tras flanquear los corrales. La puerta se cierra a su paso. Suena un cohete. Los mozos cantan sus plegarias a San Fermín y agitan sus periódicos, ahora desenrollados, con los nervios cada vez más tranquilos. Dos o tres minutos y ochocientos metros separan la muerte de la vida. Corredores y público buscan su lugar en el encierro. Suena la canción de diana de La Pamplonesa. El alba da paso a la noche. Los toros corren, siguiendo a los pastores, hasta los Corrales del Gas. Suena el primer clarín. Va a comenzar el encierrillo. Los policías despejan el recorrido. El mayoral distribuye a los pastores. El reloj da las once.

3 comentarios:

  1. Eres un superdotado de la literatura!!

    Odio los San Fermines... Odio las corridas de toros... Pobres animales... Y odio que la gente se divierta con esos espectáculos =(

    El año que viene, te pasarás por el Mateo Hdez [Salamanca]? Espero verte ^^ Es mi último año allí...

    Un beso

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  2. Ay me ha encantado lo que has puesto !!

    A mí el recorrido hasta la plaza me parece 'bien' lo que no soporto es lo que ocurre dentro de la plaza ¬¬''

    Un besazo

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  3. Todo esto está muy bien, pero tú me dirás que hacíamos con las niñas y Tony Leblanc en un desguace comiendo chuletones.

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