Pasa al interior y ponte cómodo

30.1.07

De altura



Hoy me he propuesto una tarea de altura: subir a lo alto de un depósito de aguas (aquí en el pueblo) y contemplar la vida con ojos de milano.

Recuerdo entonces con nostalgia el depósito de mi infancia, junto al antiguo parque de bomberos de Campoamor.
Cuántas veces soñé tener dinero suficiente para defender su estructura de hormigón armado –la primera en España– de la ruina y las gaviotas.
Aquel depósito de ciudad fue, en mis sueños, una sala de exposiciones con horario nocturno, una plataforma giratoria para ver el cielo en los días de lluvia, una emisora de radio que repartía el sonido de los pájaros por los autobuses urbanos, un restaurante de lujo con sabor a pueblo.
La altura produce muchos males, como el vértigo o la sensación de dominio (muy habitual entre los políticos que vuelan a diario para defender sus intereses) pero también produce muchos bienes: como el sonido de las nubes más pesadas, la mirada que teje en el horizonte su hilo invisible de araña o la emoción del que sueña con los ojos abiertos.
Aquí, en el cielo de la Salamanca rural, las estrellas se acomodan en lo alto mucho más pronto que en la ciudad.
Aquí la vida es una cuestión de altura y, en ocasiones, andamos por los tejados, como gatos, para quitar goteras, orientar la señal de las antenas o expropiar el nido a más de un pájaro.
Y es costumbre mirar al cielo para predecir la lluvia, observar el vuelo de los tordos y los arrecángeles, trepar hasta el árbol más alto para huir del mundanal ruido o desafiar
la altura con las palabras: “Poetas. / ¿Y para qué poetas a esta altura? /A esta altura de sed y de pregunta. / A esta altura fundada contra el vértigo / por vocación de salto y plenitud". (José Manuel Díez, colaborador de Avuelapluma)
Un saludo para el padre de Daniela (que es piloto) y una recomendación: pasear la mirada por el libro La tierra vista desde el cielo, un libro que no hay que pasar por alto.




Fotografía aérea tomada en el verano de 1915, gentileza de José María Francia. http://club.telepolis.com/eldeposito/elinforme.htm




Publicado en el semanario "Avuelapluma" de Cáceres

3 comentarios:

  1. Anónimo8:58 p. m.

    Mirar a vista de pájaro te da distacia. Te sientes a salvo del mundo. Durante muchos años desde mi ventana veía los tejados de las casas colindantes y el cielo. Bcn aparecía ante mí en ropa interior .
    Saludos

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  2. Excelente post, Raúl. Gracias por la cita de mi poema.
    No sé si en Avuelapluma lo publicaron al completo. A veces me los cortan por cuestiones de espacio... Te dejo este enlace donde aparece entero: http://josemanueldiez.blogspot.com/2006/02/altura.html
    (Es, precisamente, el poema inaugural de mi último libro: "La caja vacía" y uno de los primeros que publiqué en mi blog, hace más de un año.)

    Un abrazo desde Badajoz

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  3. Anónimo9:58 a. m.

    Buenas! llego tarde pero... a comentar toca.

    Esa foto es buenísima, puedo colocar perfectamente mi casa cerca del depósito y las esclavas y me imagino cómo está construída la ciudad ahora en esa foto. Todo avanza...

    ¿beneficioso el derrumbe del depósito? ¿una pérdida?

    yo no sabría contestar con total firmeza una u otra... puede que así el barrio haya ganado; creo que las ciudades han de renovarse y cambiar.

    Saludos!

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