Catedral Nueva
Catedral Nueva
en la Portada de Ramos
Ven al arrullo de la catedral
a enredarte en mi beso entretenido,
y a golpes de cincel, sin hacer ruido,
esculpir en mis labios otra y otra sal
marítima. Y así, bajo el ojal
del cielo, hacer el minucioso nido
de los sueños, enhebrar el aullido
de los lobos, anudar el sedal
de tus deseos y pensar que algún
día el astronauta hallará la luna
para siempre, mirando a una turista
con olor a mar. Ven esta noche un
rato hasta la catedral y tráeme una
caricia muda de malabarista.
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